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Esto no es un simple imán, es una pequeña obra de arte para el alma. Un recordatorio 3D de tu fe que trae paz y protección a tu cocina. Cada pieza, con un relieve y un colorido excepcionales, convierte tu nevera en un pequeño altar cotidiano. Elige el icono que te guía: la ternura de la Sagrada Familia, la paz de la Virgen María, la historia de la Última Cena o la fuerza de San Miguel.
El corazón de tu hogar, ahora también es un lugar de paz.
La puerta de la nevera es el mural de nuestra vida diaria: listas de la compra, fotos de nuestros hijos, recordatorios... Pero, ¿y si también pudiera ser un pequeño santuario? Un faro de luz que te centre y te dé paz en medio del caos cotidiano.
Esta colección de imanes no está hecha de plástico y pintura; está hecha de devoción. Son pequeñas esculturas, ventanas en 3D a los momentos e iconos más sagrados de nuestra fe, que traen la calidez de Tierra Santa directamente a tu cocina.
Elige el icono que te habla al corazón
Cada pieza es una oración que puedes ver y tocar. ¿Con cuál te identificas?
La Sagrada Familia: La ternura infinita. El recordatorio de que el amor y la familia son el verdadero centro de todo, un refugio de calor y cuidado mutuo.
La Virgen María de Jerusalem: El amparo de una madre. Su mirada serena, rodeada de rosas, es un refugio instantáneo de paz y consuelo en los momentos difíciles.
La Última Cena: El símbolo supremo de la comunión, la fe y el sacrificio. Un recordatorio del acto de amor más grande y del inicio de nuestra fe.
El Arcángel San Miguel: El protector celestial. El guerrero de la luz que te defiende del mal y te da fuerza en la batalla diaria, con su balanza de la justicia.
Fabricados con un detalle exquisito en resina policromada, el relieve 3D hace que las figuras parezcan saltar del imán. No es un souvenir que se olvida; es una pieza de arte sacro que se vive.
Un regalo que es una bendición Ya sea para ti, o para esa persona especial, regalar uno de estos imanes es un gesto profundo. Es desear protección, es compartir la fe, es poner un guardián de paz en el hogar de alguien.
No dejes que el lugar más importante de tu casa esté vacío de espíritu.
Elige tu fe, añade a la cesta y convierte tu cocina en un pequeño oratorio.
